[NOVEL·LA] Barcelona 1936. Capítol VIII. A Capitania

Claustre del convent de la Mercè, seu de la Capitania General de la IV regió militar espanyola a Catalunya des de 1846. [Foto: Wikipèdia.]
[Una novel·la de Dídac Costa.]

Capitania General estava situada en un immens edifici davant del Moll de la Fusta, al Passeig Colom, a mig camí entre Via Laietana i les Rambles. Des de fa dècades és el quarter general del més alt comandament de l’exèrcit espanyol a Catalunya. Ara és l’edifici que els generals rebels volen que es converteixi en el quarter general del cop. Però encara no ho han aconseguit. El General Francisco Llano de la Encomienda es manté fidel a la República i al comandament de totes les guarnicions militars a Catalunya.

Poc abans de les 5 del matí, Llano comença a admetre que, tal com li han advertit vàries vegades des de la Generalitat, està rodejat de conspiradors, i el seu poder comença a ser paper mullat. Es posa a investigar, ja massa tard, qui segueix fidel a la República i qui s’hi ha revoltat, i amb quines forces compta. Però ja fa tard per frenar-ho. Dirigint-se a un secretari a qui havia encomanat reunir tota la informació, li pregunta:

¿Así que, hasta que llegue el General Goded de Mallorca, quien está al mando en Catalunya, si no soy yo?

El General Burriel, mi General. Junto con los capitanes López Varela, López Belda y el comandante López-Amor.

¡Cuántos López y cuántos traidores! Caramba, acabo de asegurarle a Companys que todo está en orden en las casernas, y resulta que ya están aquí los golpistas de África… diu, abatut, portant-se la mà a la boca preocupat mentre mira per la finestra—. Y yo sin enterarme… Y ¿en qué posición están los otros cuerpos de seguridad?

Los que están adscritos a la Comisaría de Orden Público de la Generalitat, o sea, la Guardia de Asalto y de Seguridad y los Mossos de Escuadra, están con la República. Al frente de la Comisaría, como Comisario de Orden Público, está el Capitán Escofet y como Jefe de Servicio el Comandante Vicenç Guarner, ambos militares profesionales. Pero usted, como Jefe de la 4ª División Orgánica sigue siendo, hasta nuevo aviso, el comandante en jefe de la situación en Catalunya, mi General.

Si, hasta que estos traidores me peguen un tiro o me detengan… Debo reconocer que no he sido capaz de neutralizar la sublevación de buena parte de las fuerzas que están bajo mi mando. ¿Y qué ocurre con la Guardia Civil?

Por ahora se proclaman leales al gobierno, según su jefe, el General Aranguren, y los jefes de los tercios, coroneles Brotons y Escobar.

Bueno, pues ya sabemos quién está con los sublevados. Todo el ejército, en suma… Y quienes no lo estamos, no tardaremos a ser neutralizados.

El pueblo también está levantado, con pocas armas, pero apostado en las esquinas de toda la ciudad.

Vaya… Entonces, yo soy quien representa aún el poder militar en la región, pero estamos aislados y acorralados por los sublevados por un lado y por el pueblo en armas del otro. Menuda situación. Somos aún dueños de este edificio, pero no de los resortes militares que se derivan de ello, que están en manos de los traidores.

Así es, mi General. Me temo que sus órdenes ya están siendo saboteadas… Y nuestros servicios de información se encuentran inoperativos…

Pues vamos a tener que volver a métodos más antiguos.

¿Mi General?

Envíe al General de Brigada San Pedro Aymat a las casernas con movimientos sospechosos para que, valiéndose de su prestigio, conmine a los comandantes a evitar la lucha. Que vaya primero a la caserna de infantería de Alcántara y luego a la del Bruc. Y póngame en conferencia con el general Burriel. ¿Donde está?

En el Cuartel del Bruc, creemos.

¡Maldito traidor! Les trae sin cuidado que las calles se rieguen de sangre de españoles… Va aturar-se uns segons per pensar, i seguí: Llame al cuartel del Bruc, vamos a pedirles explicaciones y que nos envíen una unidad para proteger Capitanía.

A la caserna del Bruc, les tropes comandades pel coronel sublevat Escalera ja estaven a punt de sortir, quan  sona el telèfon.

Coronel Escalera — diu un oficial—, le llaman, el General Llano de la Encomienda al habla.

Escalera mira a la resta i s’apropa al telèfon. Des de l’altra banda del fil, Llano li exclama indignat:

— ¡Coronel!

Si, mi General.

— En primer lugar, solicito de este regimiento el envío urgente de una compañía para reforzar Capitanía. Y en segundo lugar, debo advertirle de que estoy informado del movimiento de tropas que están llevando a cabo en el cuartel para salir a la calle.

Si, así es, mi general, estamos listos para salir.

— Pero ya sabe que tenemos un nuevo gobierno formado por Martínez Barrio, a quien se le ha confiado la misión de hablar con el general Mola? diu Llano per intentar convèncer-lo de frenar l’acció.

Sobre esto yo no puedo contestarle. Pero aquí está el general Burriel que lo hará.

General Burriel —segueix en to imperatiu Llano, cada cop més indignat Este movimiento al que se están lanzando es un acto suicida condenado al fracaso! Lo único que van a conseguir es que estalle una guerra civil en España!

General Llano, ya ha pasado la hora de las consideraciones. El ejército está listo y ya ha salido a la calle en muchas capitales. Lo único que tiene que suceder es que el gobierno entregue el poder, y después nosotros ya veremos qué hacemos. Escúcheme, siga mi consejo: añádase al movimiento. Usted mismo puede comprobar que no se puede parar, en Barcelona todo se va resolver en un santiamén.

No está usted en su sano juicio. ¡No pueden seguir adelante! ¡Es una afrenta a la legalidad y al orden constitucional! ¡A sus juramentos! ¡Es un acto de deshonor!

Mire usted, la misión es sencilla: mis 5000 soldados acuartelados en las diferentes casernas de la periferia  convergerán en plaza Cataluña, lo que nos dará el domino de Barcelona, y con ella, de Cataluña.

¡No es así! ¡No han tenido en cuenta la falta de entusiasmo de la Guardia Civil y de los guardias de asalto por su revuelta! Ni el número y la capacidad de combate de los obreros anarquistas en esta ciudad.

General, tenemos la misión sagrada de salvar España…

— ¿De los españoles?

— De rojos y separatistas. Ningún pueblo, por organizado que esté, es capaz de combatir a su propio ejército. ¿Cuando ha ocurrido eso? ¿Está usted con los marxistas, General Llano?

Mire, General, usted sabe que yo, cuando no visto el uniforme, apoyo al partido Unión Republicana. Soy una persona de orden. Pero si las circunstancias me obligan a elegir entre dos movimientos extremistas, ¡no dudo en apoyar al comunismo antes que al fascismo! ¡Antes el triunfo de los trabajadores que el de los fascistas!

Bueno, General acaba secament, abans de penjar el telèfon de cop—, de aquí a poco iré a verle en Capitanía, y ya verá cómo nos vamos a entender.

Llano, després de quedar-se uns segons immòbil i contrariat, amb el telèfon a la mà, ordena a un subordinat:

Pongan de inmediato un dispositivo para rodear Capitanía con una fuerza militar para protegerla ante un posible ataque exterior. Y veamos qué medidas tomamos dentro del cuartel para prevenirnos de los traidores que ya están dentro y se creen dueños del edificio.

¡Si, mi General!

Façana de la Capitania General de Barcelona vers el 1940. [Foto: Arxiu LR.]

Després de penjar el telèfon, López-Amor ordena al capità López Belda que surti amb una companyia i un grup d’oficials cap a Capitania, com li acaba d’ordenar Llano. Però no per ajudar-lo a protegir l’edifici, sinó per fer tot el contrari: forçar-lo a sotmetre’s a les directrius de la junta colpista. Després despenja de nou el telèfon per comunicar-se amb el capità Reinler del Parc Central, un altre punt decisiu per l’armament que guarda, que manté encara una posició incerta, per garantir el seu domini i donar-li consignes precises per a la sublevació:

— Capitán Reinler, de aquí a poco la guarnición de Barcelona saldrá a la calle, y tenemos que saber cuál será la actitud del 7º ligero.

El capità Reinler tot i ser el més veterà al regiment i estar ben considerat pels seus comandaments, desconeixia inclús a aquella hora la sublevació. Escolta amb perplexitat el missatge. El capità Montesinos, l’agent facciós al parc, en veure el seu rostre de sorpresa, li ordena en to imperatiu:

Conteste rápidamente, capitán. Y dígales que el 7º ligero formará como las demás tropas a la hora de la cita de honor.

Sense deixar el telèfon, Reinler mira el seu interlocutor i al seu voltant, comprenent que està rodejat de conspiradors. La millor opció, ser detingut.

Deténganme, entonces, y espero ser tratado con el honor y justicia militar que corresponde.


[Capítols publicats fins ara:]

  1. A un pis del Poblenou.
  2. Camí de La Farigola.
  3. Al Palau de la Generalitat.
  4. Comitès de Defensa.
  5. A l’Ateneu La Farigola.
  6. A la caserna del Bruc.
  7. Companys rep els anarquistes.

[LES NOSTRES ERMITES] Santa Margarida d’Ardola

[Text i il·lustració de Ramon Orriols.]

Es tracta d’una ermita romànica documentada l’any 1064, que va ser abandonada l’any 1936 i es va ensorrar definitivament el 1945. Les seves ruïnes, situades en el terme municipal de Tavèrnoles i a la parròquia Santa Maria de Vilanova de Sau, amb el nom d’Ardola, coincideixen amb l’indret on va existir el  poblat ibèric del Puig del Far, sobre la Roca del Migdia.

Actualment tan sols en resten dempeus els murs de tramuntana i de ponent.

De l’observació i d’algunes imatges que s’han conservat es pot deduir que es tractava d’una capella d’una sola nau, amb absis semicircular amb coberta de quart d’esfera, decorat amb les arcuacions llombardes i lesenes pròpies del segle XI. Per l’arc de mig punt que resta a la façana,  es constata que la coberta de la nau principal era de volta de canó.

Els feligresos de Vilanova de Sau hi pujaven pel corriol del Cargol i la canal de l’Esquei.

Avui dia s’hi accedeix amb automòbil per la carretera BV-5213 que va al Parador de Sau i per la pista que surt a la dreta en el km. 7’5 i que passa per la casa de Coromines.

Carta als Reis

Els reis d’Orient. [Il·lustració de Xavier Borràs, 2011.]
[Un article de Nan Orriols.]

Vaig llegir que molts polítics, periodistes, empresaris, etc., encara defensen l’ampliació de l’aeroport del Prat, la B-40 i mil coses més. El diputat catòlic Salvador Illa defensa precisament això. És la manera de rebentar la llengua i el país i convertir-lo en un polígon industrial i «ciudad de vacaciones» per contribuir a mantenir l’Espanya monàrquica heretada del franquisme.

Diré que ERC no és d’esquerres ni republicana, però, de catalana, hauré de dir que sí. Veig el president Aragonès i el seu govern amb discursos autonomistes de rendits que només volen conservar el càrrec. El president no podrà representar mai els valors de Serra i Moret ni de Josep Pallach. Podrà dir el que vulgui, però, per a desgràcia nostra, només representa la mediocritat.

Si hagués de fer una carta als Reis, demanaria a tots els ministres, diputats i senadors de sou perpetu que tanquessin l’Acadèmia Militar de Saragossa i la convertissin en una acadèmia per a la pau. Demanaria que totes les persones que viatgen a països que ho compren tot gràcies al petroli no poguessin tornar. Demanaria nit i dia que es denunciessin aquestes terribles guerres de capellans que ho destrueixen tot i encara van clamant pau a Déu. Demanaria que s’acabessin les portes giratòries i tots els abusos de sous amagats i camuflats. Demanaria cada dia proclamar la República Catalana. Però, sobretot, demanaria respecte per nosaltres mateixos i treballar tots plegats per revertir el canvi climàtic.

En fi, demanaria el que és impossible, perquè, si no som capaços d’estimar-nos i tot el dia estem competint per destrossar els altres, veurem com els boscos, els rius i els mars ens fan fora. I, momificats com mòmies egípcies, els catòlics —de l’Opus o no—, els de la banca, de Junts, la CUP —ja sense cap— i tots nosaltres, devots de la Mare de Déu de Montserrat i l’àngel Marcelo, arribarem al cel, on el cardenal Omella ens regalarà un rosari.

Pel camí, fent penitència, veurem Alicia Sánchez-Camacho, ara, diputada a l’Assemblea de Madrid. Els àngels regalaran floreros com els de la Camarga, i Victoria Álvarez i el comissari Villarejo, ja santificats, caminaran donant la mà a Mariano Rajoy i Jorge Moragas, que ha viscut amagat com a ambaixador d’Espanya a Tanzània. També, i ballant una dansa africana, podrem veure l’ambaixador Miquel Iceta amb el seu rosari corresponent. Bé, això no és segur que passi. Ja està passant cada dia.

Vida de gossos

[Text i il·lustració de Josep Nogué.]

Fa mesos vaig escriure, aquí mateix, un article titulat «Ineluctable», amb aquesta frase a l’inici: «Recordo que ja, des de mol menut, el que menys m’agradava d’haver d’anar a escola era, precisament, la ineluctabilitat del fet».

Avui veig una notícia al telediari on diuen que les «guaderies» de gossos estan proliferant de manera exponencial. Ara la gent jove, en lloc de fills, prefereixen tenir gossos, no sé si per estalviar als fills  —veient com el món progressa— una possible hecatombe o perquè els gossos no mereixin la mateixa consideració.

Però, el cas és que, aquells que els tenen, se’ls estimen, diuen, com si veritablement fossin fills seus. Així és que se’m escapa la diferència.

També, és cert que hi ha molta gent que en té de les dues (anava a dir de coses) criatures. Que no fa distinció, vol dir que se’ls estima amb bogeria, tan si són cadells d’«homo sàpiens», com de «cànids domèstics» i per això mateix no fa cap distinció, a part dels condicionaments físics de cada espècie. Des de dormir tots junts al mateix jaç, anar al parc cada dia o portar-los al col·le perquè els eduquin com cal. I, és cert, no sabria dir quin tipus d’escola aconsegueix millors resultats, veient el comportament dels alumnes respectius.

Del que no tinc dubte és que, aquells que tenen a casa gossos, deuen estar encantats de tenir la mateixa possibilitat d’escolarització de les seves mascotes quadrúpedes, que la que tenen tots els infants humans des de fa anys. I és que, com saben tots aquells que han tingut fills, seria impossible poder compaginar horaris laborals sense l’escola i, tot i així, cal la col·laboració dels avis per poder ocupar-se de les criatures totes les hores que no ho fa l’escola. I encara així, com es veu, hi ha molta gent que decideix no tenir fills. Es diu que a Catalunya hi ha més gossos que nens.

Benvingudes siguin, doncs, les escoles canines, on poder deixar els «nens», mentre els pares treballen; no fos cas que també ens quedéssim sense gossos. Déu no ho vulgui.

Ara bé, com ja es veia a dalt, jo no vaig tenir de petit gaire afecció a l’escola. Així m’he quedat. Que sóc un antisocial, que no tinc gossos. I ben segur que és millor així, perquè si els hagués d’haver convençut perquè anessin a l’escola s’haurien quedat a casa. Serien uns mal educats i, qui ho sap, potser les autoritats competents me n’haurien tret la guarda i custòdia.

I és que un país sense gossos, ben educats, s’entén, no és un país civilitzat. I com ens passi amb els gossos el que passa amb les criatures humanes no sé jo si haurem d’acabar important mascotes de l’estranger, per poder cobrir adequadament les nostres carències afectives…, els caps de setmana.

Perquè tothom sap com són d’afectuoses aquestes criatures, com es fan estimar, que mai t’abandonaran, cosa que no es podria dir de molts parents…, humans.

Tothom sap que l’educació és la base perquè un país prosperi i tingui futur.

Anar a l’escola és «ineluctable», ineludible, imprescindible…, per a evitar l’hecatombe.

Sí, eduquem els gossos, que amb els humans ja fem tard.

S’entén que és ironia, oi? És que, si no, estaríem més malament del que em pensava.

La vegueria Penedès i el seu pla territorial

[Un article de Jordi Sánchez.]

El departament corresponent de la Generalitat ha elaborat una proposta (avantprojecte) que posa en coneixement dels penedesencs per al seu debat i posterior aprovació de l’avantprojecte del Pla territorial parcial del Penedès i el catàleg del paisatge.

Transparència i participació

Tant en Jordi Cuyàs com en Ramón Arnabat, en recents articles, han manifestat que aquest 2024 ha de ser un any decisiu per a la planificació territorial de la Vegueria Penedès. Totalment d’acord, la població no podem ara no donar resposta ni ser inoperatius en com gestionar el temps.

Models de participació

Hi ha molts models, jo puc parlar del que vàrem fer a la tramitació del nou POUM de Calafell. Es va crear un Consell Assessor Urbanístic (CAU), format per una representació del municipi: Cultura, Esports, Educació, Comerç, Hosteleria, Agricultura, Ramaderia i Pesca, AAVV, partits polítics, etc. Els membres d’aquesta consell  varen ser proposats democràticament pels seus organismes. Cal dir que tots els temes tractats es varen aprovar per unanimitat. Aquest tràmit de debat era prioritari, i es va convertir en propostes cap a l’equip redactor del Pla.

És cert que per llei hauran d’informar els ajuntaments que formen la vegueria i, també, la ciutadania (és aquí on cal posar un cert ordre de participació, per a no entrar en el desordre).

Per gestionar aquest treball participatiu, seria convenient, previ concurs, adjudicar-lo a una empresa de solvència contrastada, experta en aquest àmbit tècnic de l’urbanisme, per a garantir un treball curós i que serveixi per no perdre el temps.

Comunicació

Seria útil per a la informació al públic en general que hi hagués una oficina d’informació a cada capital de comarca. Això ajudaria a crear sentiment de vegueria, seria recomanable amb una petita aula per a possibles ponents.

Punts forts

S’ha de decidir com volem que sigui aquest territori, quines proteccions, quins valors, veure i entendre bé el catàleg de paisatge.

Governança? Municipi, comarca, vegueria, províncies, àrea metropolitana de Barcelona ampliada?

Mobilitat, mercaderies, universitat, sanitat, habitatge, agroalimentació, millores dels fronts marítims, desconstrucció, petjada ecològica, sequera i tants altres punts febles, per parlar-ne i resoldre’ls.

Tenim una oportunitat de canviar d’escala en el planejament, ja no val la planificació poble a poble, «política de campanar».

No podem consumir tot el territori, seria un suïcidi.

Una vegueria que no té un Pla i una governança no va enlloc!

Així ho veig.

L’únic hospital de cartró que roman al món és a Catalunya

L’hospital de cartró de Cabdella als inicis dels segle XX. [Foto: MNACTEC.]
[Un article de Glòria Fluvià.]

A Cabdella (Vall Fosca [Pallars Jussà]) —mal dita Capdella— es va construir una peça única al món. Es tracta de l’anomenat hospital de cartró, un edifici que es va aixecar el 1912 durant la construcció de la primera central hidroelèctrica de Catalunya. Ara, un projecte encarregat per la Direcció General de Patrimoni Cultural del Departament de Cultura, en coordinació amb el Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica de Catalunya de Terrassa (MNACTEC), en prepara la restauració. Després d’aquest procés, que encara no se sap quant durarà, és possible que la instal·lació es pugui visitar.

Tot i que en un principi havia de desaparèixer un cop fet el servei, la construcció ha resistit a la intempèrie més d’un segle al Pirineu. L’empresa Energia Elèctrica va instal·lar-lo a principis del segle XX per donar cobertura als 4.000 obrers que van caldre per a la construcció de la presa hidroelèctrica. Es preveia que hi hagués molts morts perquè havien de treballar a més de 2.000 metres d’altura i sense cap mitjà mecànic. Més que mortalitat el que es va produir va ser una elevada sinistralitat. Quan es produïen accidents, l’evacuació dels ferits era dificultosa perquè el primer centre on podien ser assistits es trobava a 40 quilòmetres per un camí de carro.

Aquest hospital es va adquirir a una empresa alemanya que en feia de tres tipus: fusta, cartró i lli. El cartró era l’opció més barata. Aquesta construcció era de muntatge ràpid, va arribar en caixes i un croquis com si vingués d’Ikea i van muntar l’hospital en menys de dos dies. La construcció tenia un espai d’hospitalització i un de cirurgia, que atenia ferits que requerien petites intervencions. Tal com està documentat, van ser contractats un metge cirurgià i un infermer.

Estat actual de part de l’hospital de cartró. [Foto: MNACTEC.]

Normalment, els hospitals de curta durada estan condemnats a desaparèixer i l’habitual és que fossin cremats un cop haguessin fet la seva funció. El que es va alçar a Catalunya es va mantenir dempeus i és l’únic del qual es té constància a l’estat espanyol.

Al voltant de 1940, l’edifici va caure en desús i va ser utilitzat com a magatzem pels veïns. Aquest mal ús ha derivat en alguna modificació arquitectònica, però també molt possiblement ha estat la causa que s’hagi conservat dempeus durant més d’un segle.

El fet que l’hospital català sigui l’únic al món el fa encara més preuat per als investigadors.

Reflexions d’un gandul fracassat. «Informe PISA»: felicitat o coneixement

[Un report d’Eduard Garrell.]

L’educació  és una arma de construcció massiva. Marjane Satrapi
Qui gosa ensenyar mai no ha de deixar d’aprendre. John Cotton Dana
La felicitat és egocèntrica. Alexandre Dumas


L’esperit rebel del meu pare, del cos de professors de català, em va dur a estudiar a l’estranger sense sortir del país. Quan vaig acabar l’escola primària va ser com tornar de l’estranger i des d’aleshores que he viscut exiliat al meu propi país. L’atzar també em va dur a viure des de la més tendra infantesa en l’ambient d’una editorial de llibres de text, en un món de llibres i mestres al qual he dedicat la major part de la meva vida acadèmica, laboral i passional.

Per això, em permetré la impudícia de prendre perspectiva de tots aquests anys i fer la reflexió de com i per què l’ensenyament del meu país, que havia estat capdavanter a Europa, s’ha convertit en un desastre gairebé absolut.

L’ambient de la meva infantesa, doncs, més enllà de l’escola, va ser el de les restes de l’Escola Nova Catalana (ENC),un moviment pedagògic que va sorgir a finals del segle XIX en contrast amb el de l’escola tradicional, influïda pel pensament de Rousseau, Pestalozzi i Fröebel. Aquesta escola, a més dels canvis de rols de mestres i alumnes, es fomentava en els valors de la democràcia, la coeducació, el màxim respecte a la natura i al proïsme i l’estreta participació de la família. Una escola instrument per a la pau i la convivència.

L’Escola del Bosc durant la República. [Foto: Diba.]

Després de la Guerra Civil, la dictadura franquista va eliminar qualsevol vestigi de l’ENC i els mestres que no es van exiliar van ser depurats, val a dir, privats d’exercir llur professió.

L’escola franquista es basava en els obsolets fonaments educatius rígids, inamovibles, memorístics, masclistes, uniformes, dogmàtics, fanàtics, etnocèntrics i colonialistes. El model franquista va ser molt bèstia, però molt fàcil i molt simple: no calia pensar.

La mort de Franco ens va agafar amb els pixats al ventre, el canvi va ser abrupte, sobtat i sense cap preparació. A cap país d’Europa s’havia passat tant de cop d’un sistema autoritari al possible i necessari canvi pedagògic d’una manera tant precipitada i desconcertant.

Imatge d’una escola durant el franquisme. [foto: Arxiu LR.]

De cop i volta, la societat esdevé complexa, la política complexa, es pot pensar, hom pot triar un partit polític, tot es qüestiona de cop, la política, la religió, el matrimoni, el sexe i molta gent cerca on resituar-se en una societat incerta, deixada a la intempèrie i cada cop més individualista.

Un grup de mestres sobrevivents de l’ENC encapçalats per Rosa Sensat, funda el 1965 l’Escola de Mestres Rosa Sensat amb el propòsit de recuperar els valors de l’escola republicana. La intenció és bona i la feina feta positiva, però aviat comença a fallar la matèria primera. La generació de la postguerra ha començat a tenir fills i es necessiten molts mestres. Aquelles generacions de mestres vocacionals d’abans de la guerra són reemplaçades per una gernació de joves provinents de l’escola franquista que aborden la carrera de magisteri per comoditat. Conec mestres que als anys setanta feien classe a les aules amb 16 anys. Així com els mestres de la república provenien generalment d’una classe social  treballadora amb interessos culturals, les noves generacions de mestres manifestaven, en general, un nul interès per la cultura.

Aviat les cooperatives de pares i mestres del CEPEPC, on s’havien agrupat mestres capaços de dur endavant projectes pedagògics efectius, esdevenen insostenibles econòmicament i els bons mestres que s’havien format per vocació personal queden diluïts en escoles públiques envoltats de funcionaris de l’ensenyament.

Als anys vuitanta el desgavell està servit. Els fills del franquisme funcional ara són ciutadans del món. Ser ciutadà del món té el gran avantatge d’eludir qualsevol compromís amb la teva pàtria, de renunciar a qualsevol valor, la qual cosa et permet cometre qualsevol vilesa sense càrrec de consciència. Possiblement, això defineix la postmodernitat al nostre país: l’internacionalisme, la indefinició ideològica, la feblesa moral, la renúncia als valors universals, la indiferència davant la injustícia i l’opressió, l’hedonisme… Aquests conceptes, instal·lats a l’ensenyament, no permeten que l’escola s’orienti —no té altra prioritat que el benestar psicològic dels infants—, però no es defineix de manera clara la funció dels pares, ni la formació dels docents. L’escola no pot ser com la d’abans, però no sap què ni com ha de ser. Als anys setanta els mestres es volen assemblar als alumnes i es volen fer tractar de tu i així no costa gaire que els perdin el respecte els alumnes i les famílies.

Ningú ja no sap quin és el seu lloc, el mestre no només ha perdut el respecte dels alumnes, també la seva capacitat d’influència, i el cas és que cada cop més els nens no tenen els límits clars, ni a l’aula ni a casa. Són nens abandonats que no han aprés a utilitzar una subordinada, ni una conjunció, ni els pronoms febles…, el seu món és tant petit que cap en 500 paraules i les paraules són el límit del món.

La postmodernitat augmenta la complexitat i l’escola abaixa cada cop més el llistó. La postmodernitat es una manera de veure i entendre el món, una manera encapsulada, cadascú des de la seva cel·la del rusc.

Per ser millors persones, millors ciutadans, per fer un món més humanitzat i més just, per poder ser útils a la societat, cal mètode, exigència, hàbits i esforç. Això ho diuen els experts amb solvència: els alumnes que segueixen mètodes més tradicionals obtenen més bons resultats. A casa nostra, de la gran diversitat de mètodes pedagògics que coexisteixen, la conselleria no en té cap estudi comparatiu.

Ser feliç a l’escola és anar passant cursos sense cap frustració i arribar a la universitat sense saber llegir ni escriure, o arribar a l’escola de magisteri en les mateixes condicions,  per afrontar després una societat cruel, indiferent, competitiva, individualista. És una imbecil·litat, és preparar per a l’egoisme i la infelicitat, per convertir-se en  un altre membre cruel, insensible i frustrat d’aquesta societat.

Al cap de cinquanta anys hem aconseguit tenir mestres mal preparats, desprestigiats socialment, menystinguts per pares i alumnes i desmotivats professionalment.  Han fracassat les aules d’acollida, hem tingut consellers ineptes i uns sindicats de docents que s’han preocupat més pels sous que pels recursos i aquests darrers deu lustres ens ha caigut una llei d’educació cada quatre anys i mig. A Catalunya, un professor de secundària cobra més o menys 35.000 euros bruts, un metge en guanya 38.000 i a la infermeria es paguen entre 26.000 i 30.000, sense triennis ni complements.  No cal dir res més.

El resultat de l’L’«informe PISA (Programme for International Student Assessment)» de l’OCDE és un civet que es va començar a marinar als anys setanta del segle passat.